Teniendo en cuenta que la mayoría de los cuadros pueden presentarse con fiebre por 48 a 72 horas, manifestaciones gastrointestinales como vómitos o diarrea, dolor de cabeza y síntomas respiratorios como tos, mocos y/o dolor de garganta, es importante atender a la alimentación como aliada para una recuperación favorable.

En principio, se debe recordar que cuando el bebé, niña, niño o adolescente no quiere comer, no se debe obligar y en cambio, sí ofrecer líquido, lactancia en caso de bebés y agua segura a partir de los 6 meses de edad, de manera permanente sobre todo ante la temporada de calor intenso.

En tanto, cuando manifieste hambre se puede ofrecer:

• Lactancia: a libre demanda a bebés
• Todas las frutas: priorizar las de mayor contenido de agua como sandía, melón, durazno, manzana, ciruela. Pueden servirse crudas o cocidas siempre teniendo en cuenta la presencia de diarrea
• Todas las verduras: optar por las de temporada como batata, chaucha, puerro, morrón, cebolla, tomate, zanahoria
• Todos los cereales: arroz (blanco, integral, yamaní), fideos (de quínoa, de chía, de trigo candeal), mijo, avena, centeno, cebada, salvado de trigo y quínoa (pseudocereal)
• Todas las legumbres: lentejas, arvejas, garbanzos, porotos (adaptados según la edad)
• Carnes magras: pechuga de pollo, pescado (filet de atún blanco, gatuzo)
• Frutos secos: no enteros hasta los 4 o 5 años, sí en cremas o harinas
• Cítricos: cortados en gajos y no en jugos para incorporar vitamina C y fibras
• Grasas saludables: palta, aceites puros (girasol, oliva, chía, lino), cremas de almendra o de maní

Por último, se recomienda evitar o limitar los alimentos ultraprocesados como golosinas, gaseosas, postres lácteos, embutidos, jugos, gelatinas que deprimen el sistema inmune dificultando la óptima recuperación.