En este marco, se sentaron bases para incrementar y coordinar esfuerzos orientados a posicionar la tecnología fotovoltaica como prioridad del nuevo modelo energético del mundo, con miras no solo generar energía limpia, sino también a contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, sumar a la creación de empleo local y de calidad.